Muhammad Alí en la cultura popular fue tan importante que incluso llegó a estar a la altura del comic más famoso de todos los tiempos: Supermán. La pelea parecía estar enmarcada en el conflicto racial entre el típico hombre blanco, el «Hombre de acero» contra el hombre negro, «El más grande». Sin embargo, el argumento termina con un mensaje de fraternidad.
La historieta se editó en 1978 con 72 páginas como parte de una edición limitada para coleccionistas en un formato más grande que el de un comic tradicional.
La trama empieza cuando una especie extraterrestre reta a los humanos, con la propuesta de enfrentar al mejor peleador de su especie ante el mejor peleador de la Tierra. Si los terrestres se niegan a ese enfrentamiento, ellos invadirían nuestro planeta. Tanto Supermán como Muhammad Alí se ofrecen como voluntarios para pelear contra el extraterrestre. Alí asegura en un encendido discurso que Supermán no es terrestre y que por lo tanto, el boxeador era el más adecuado para enfrentarse al alienígena. “¡Yo soy el más grande!”, vociferaba Alí en su tono acostumbrado.
Para encontrar al retador oficial que defenderá la Tierra, se programa una eliminatoria entre Muhammad Alí y Supermán. El propio boxeador se ofrece para dar un curso intensivo de boxeo a Supermán, que más allá de su notable musculatura no podrá utilizar ningún otro poder. La pelea tuvo una expectación tal, según el comic, que fue transmitida en vivo por la televisión intergaláctica a miles de planetas. El enfrentamiento se dio ante un lleno total, tal como lo refleja la portada misma, a página doble.
En la portada del comic, dibujada con una minuciosidad que los cientos o quizás miles de asistentes a la pelea, son fácilmente identificables como personalidades de la música, el cine, la intelectualidad y los súper héroes de la época, tales como Frank Sinatra, Cher, los Jackson 5, Andy Warhol, Batman, Liberace, Christopher Reeve, Linterna Verde, Johnny Carson, Ron Howard, William Conrad, Pelé, y el promotor, Don King, quien tiene un lugar de privilegio, sentado al lado de Lex Luthor.
Empieza la pelea, y naturalmente, Muhammad Ali resulta el mejor boxeador ante la imposibilidad del súper héroe de usar sus poderes. Alí le da una golpiza a Supermán, que se resiste a caer, hasta que el propio boxeador le pide al réferi que detenga la pelea. Es entonces, que Supermán cae de bruces, desfallecido.
Muhammad Ali es, entonces, el campéon de la Tierra y se enfrentará al campeón alienígena Hun’Ya. Alí, genio y figura, exclama que el rival caerá en el cuarto round, pero la pelea no le resulta nada sencilla.
El líder extraterrestre decide unilateralmente invadir la Tierra y Supermán en una recuperación en tiempo récord tras su pelea con el campeón, logra diezmar a las fuerzas alienígenas aunque queda seriamente lastimado, mientras en el ring, Alí logra noquear a Hun’Ya y sacarlo del cuadrilátero. Ante la falta de honorabilidad de su líder alienígena, y la vergüenza propia, el propio guerrero Hun’Ya decide deponer a su líder y abortar la invasión. La Tierra está a salvo.
Supermán es rescatado y resucitado. Hun’Ya firma la paz con Supermán, Alí y todo el planeta. El comic termina cuando ambos súper humanos se abrazan y Alí exclama: “¡Supermán, NOSOTROS somos los más grandes!”