'SEGUIREMOS ADELANTE HASTA EL FINAL': SERGIO FAJARDO

"Después de tantos años de recorrer nuestro país, de conocer de cerca su alma, hoy más que nunca estoy plenamente convencido de que LA EDUCACIÓN ES LA VERDADERA REVOLUCIÓN Y NUESTRA ÚNICA SALVACION COMO NACIÓN": Sergio Fajardo.

Mayo 9 del 2022

La semana pasada el candidato a la Presidencia de la República Sergio Fajardo anunció que "irá hasta el final de la contienda electoral", defendiendo las ideas plasmadas en su programa de gobierno, donde la educación es central para lo que él llamó "la verdadera revolución y única salvación de Colombia". A continuación reproducimos sus palabras.

Colombia necesita una revolución.

Hay expectativas sobre mis decisiones en esta campaña. Expectativas en algunos casos opuestas. Por un lado nos piden unirnos para evitar el continuismo duque-uribista, por otro atajar el populismo y por otro fortalecer una tercería.

Les confieso que he pensado seriamente sobre todas las opciones y ayer lo hice con todos los compañeros de la coalición.

Los días difíciles por los que pasa nuestra campaña merecen reflexiones profundas, pero sin dejar a un lado la preocupación por el futuro de esta Colombia que queremos y por la que tanto hemos trabajado.

Mi decisión es clara y contundente: SEGUIMOS HASTA EL FINAL.

Yo no estoy acá, como candidato a la Presidencia, por la vanidad del poder, por un puesto, ni para negociar unas cuotas de poder.

Nosotros estamos acá porque creemos que nuestro proyecto es UNA VERDADERA REVOLUCIÓN QUE TRANSFORMARÁ al país por completo y para siempre. Un proyecto distinto a los otros.

La nuestra, LA MÍA, es una revolución educativa en todos los niveles. Si algo nos ha faltado en Colombia es educación, para salvar vidas de niños que reclutan, para preparar a nuestra juventud para trabajar con dignidad, para emprender, para transformar sectores completos, para aprovechar nuestra riqueza, pero también para cosas tan simples como aprender a hablar sin agredirnos y construir confianza.

La educación es casi invisible en las encuestas, pero a la hora de la verdad es lo único que nos hará avanzar. Después de tantos años de recorrer nuestro país, de conocer de cerca su alma, hoy más que nunca estoy plenamente convencido de que LA EDUCACIÓN ES LA VERDADERA REVOLUCIÓN Y NUESTRA ÚNICA SALVACION COMO NACIÓN.

Entiendo que muchos sienten miedo y muchos sienten rabia. Estos sentimientos, sumados a la tristeza, tal vez son los que mejor definen el momento por el que atraviesa Colombia.

Y todos hablan, casi a gritos, de la necesidad de cambiar. Pero de cambio hablan todos, cuando Colombia lo que necesita es una revolución total que tenga como centro la educación.

También una revolución que le apueste, sin miramientos, a un servicio público definido por la decencia. Porque de nada nos sirve tener propuestas de cambio si llegamos a implementarlas junto con la misma gente que por décadas ha defraudado al país.

No podemos dejarnos convencer de que la decencia es opcional o secundaria: Colombia se merece un gobierno decente, sin vínculos con la corrupción y con la capacidad de adelantar las transformaciones que necesita la gente.

Una revolución que entienda que a Colombia no la cambia una persona, ninguna persona, por mesías que sea. A COLOMBIA LA CAMBIAMOS TODOS. Y para cambiarla tenemos el mejor programa y el mejor equipo, y vamos a lucharla hasta el 29 de mayo. Porque Colombia se merece un gobierno competente, incluyente y preparado.

He escuchado a mucha gente decir que vota por mí por convicción y agradezco su confianza. Mis votantes creen en esta revolución que proponemos y no se dejan asustar por las encuestas.

Pero también escucho a gente que repite: Fajardo es el mejor, pero votar por él es perder el voto. A ellos, les digo: votar por unos principios, por unos valores, jamás será perder el voto. En esta primera vuelta cada ciudadano tiene la posibilidad de elegir lo que quiere.

El voto realmente lo perdemos cuando renunciemos a la oportunidad de tener un gobierno decente, cuando renunciamos a nuestras creencias, a nuestros sueños, cuando renunciamos a hacer la profunda revolución que todos pedimos a gritos.

Tal vez no hemos sido claros en transmitirle a la gente cuál es la Colombia que nos soñamos. Seguramente muchos colombianos saben hoy qué es lo que no somos, lo que no representamos, pero no tienen claro lo que efectivamente somos y haremos por esta Colombia que hoy sufre.

Nos quedan 25 días en los que se definen las elecciones y el futuro del país, 25 días que no vamos a desaprovechar para contar cuál es esa Colombia que vamos a construir unidos, lejos de la corrupción, lejos de la violencia y la pobreza. Guiados por principios y valores, con convicciones profundas.

Por eso seguimos adelante sin alianzas con nadie. ¡Esta revolución apenas está comenzando y todos están invitados a sumarse ya!