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De acuerdo a los documentalistas, la versión oficial de la poderosa industria del azúcar, que incluye a gigantes como Cocacola, Kraft, Kelloggs, entre otros, afirma que "no existe evidencia científica que vincule al azúcar con la generación de enfermedades como la diabetes, la obesidad o el cáncer", además de enfatizar que el consumo grande o pequeño de azúcar es "responsabilidad exclusiva de los consumidores y no de las empresas".
El documental coloca en entredicho estos argumentos. Por un lado evidencia el enorme poder de lobby que tiene esta industria en Francia sobre la producción de investigaciones cientificas alrededor del azúcar, la influencia sobre los nutricionistas y, lo más preocupante, sobre las autoridades que regulan y protegen la nutrición de los europeos.
Por otro lado, el documental implícitamente cuestiona la capacidad de autodeterminación que tenemos los individuos frente al consumo de azúcar (sacarosa), cuando ella está agregada a la mayoría de los alimentos procesados (panes, galletas, gaseosas, jugos, frutas enlatadas, confitería, tortas, helados, mermeladas, salsas, yogures, cereales... y hasta en algunas medicinas); cuando el sistema educativo y de propaganda promueven su consumo; y cuando las etiquetas de los productos alimenticios no son fáciles de entender para la población.
Y como si lo anterior fuera poco, existe también un primer indicio que señala que el azúcar, además de producir placer, también crearía adicción, como la cocaína. El hecho habría sido encontrado accidentalmente por Serge Ahmed especialista en adicciones del Centro Nacional de Investigación Científica en Burdeos, Francia, cuando investigando la adicción a la cocaína en ratas de laboratorio, incorporó como método de control agua azucarada, la cual era considerada "neutral". Pero, para su sorpresa, cuando a las ratas se les daba a escoger entre un líquido con cocaína y agua azucarada, preferían esta última.
"Quizás estemos ofreciendo a nuestros hijos una droga dura. Nuestra actitud actual frente al azúcar recuerda la actitud que teníamos frente al tabaco a principios de los años sesenta. Entonces nadie hablaba de la adicción al tabaco. La nicotina no se consideraba adictiva, lo que no impidió que hubieran millones de personas adictas al tabaco, con todas las consecuencias que hemos conocido en los últimos 50 años" señaló el Doctor Ahmed.
Publicado el 28 de junio del 2016